Al laíto de la igelsia en ese callejoncito que ve ahi estaba un Bar-Tasquita llamado El Mar y sus Veleros regentado por un lusitano mas simpatiko quel carajo (a veces), logicamente no podia competir con la elite de los restaurantes y tascas de la Candelaria (La Cita, La Carabela, El Achuri, El Rodeo etc. etc) pero era nuestro Club, primero nos abría a la hora que Samuel terminaba de hojear las Ultimas Noticias mas o menos a la 8:30 de la mañana, con cierta maña le sacabamos un fiaíto maximo por 48 horas aunque tenia un coñazo de facturas amarillas de carajos que le fiaron y despues no volvieron, en el grupito habian hasta unas carajitas (viejitas que se bombeaban su birrita de vez en cuando) y decian los sabiondos de la Candelarias que sin ser un Restaurant de renombre Samuel hacia los mejores boquerones a la vinagreta de toda la Candelaria, y ponia unas sardinas, no sardinitas, azadas como pasapalos que los carajos de Ipostel y la alcaldia que estaba al frente venian se tomaban una cerveza y almorzaban con ellas, en el mismo callejoncito se estacionaba el Jefe Civil, el Cura y los dueños de un periodico questaba al lado:La Razon que despues tuvieron que asilarse porque el regimen los iba a joder, total que gozabamos un puyero entre joda y joda, despues la jija de Samuel regentaba el club y se caso con el mesonero que tenia como 20 años trabajando ahi le decian el Chino, con el tiempo y las circunstancias me fui de la Candelaria y del Mar y sus Veleros, me comentaron luego que Samuel se murio, el Barcito se lo vendiern a unos Chinos que ahora lo usa como deposito, Marlene y el Chino se divorciaron y en mi solo queda el recuero del Mar y sus Veleros y de una novia que trabajo un tiempo ahi, recuerdo que su nombre era Xiomara, el nombre del esposo sino me recuerdo.-
(Estos relatos forman parte de los ejercicios que debo hacer para tratar de combatir al Aleman, algunos son verdad, otros fabulados)
No hay comentarios:
Publicar un comentario