miércoles, 4 de septiembre de 2013

LA CARTERA, LA MORALIDAD Y SER PENDEJO

LA CARTERA UNA VERDAD VERDADERA CONTADA DE UNA FORMA TENEBROSA

Transcurría aquel domingo, sin ninguna Marcha, ni Cadena lo que hacia pensar que Venezuela de repente había cambiado,  en el Ávila o como se llama ahora Guaraira Repano o algo así, se vislumbraba un día mas o menos normal, en Chacao no había la tradicional cerrada de la Avenida para un maratón y los compradores y expendedores del mercadito totalmente identificados, el comprador mentando madre por los precios y el expendedor justificando porque le tienen el Palo metió al ciudadano con los precios.

Después de cumplir mis obligaciones naturales del Domingo, claro sin incluir ir a misa, al mercado para echarme la cerveza mañanera y acompañar a mi Amada a el Metro para sus actividades y ya sintiéndome libre de toda libreza, sin brujula alguna para cualquier actividad me encuentro con mi hermano y amigo: Poncio Piloto, demostración fehaciente de que el Diablo existe, los saludos de rigor y ahora el esquema sistemático de lo que vamos hacer, que conste de mutuo acuerdo, la típica peladera en encontrar un cajero que funcione, saludos por doquier, y ahora el objetivo primario, en vista de la ausencia total de la materia prima para pasar un rato de dialogo por cuestiones de mercado, nos dirigimos  a un refugio gerenciado por Asiáticos Orientales, entiendase Chinos y ahí comienza la tenebrosa historia de la CARTERA.

Entablamos un dialogo, de paso un tanto banal, sin  ninguna orientación socio-política, pero también empezaron a llegar coterráneos que incomodaban el dialogo, lo que por unanimidad nos llevo a tomar la decisión de guarecernos en una mesa lejos al bullicio para dialogar temas mas confidenciales, el vasito con la cuenta y rumbo a la mesa de la esquinita, comenzamos a tratar temas de trascendencia y complejos, demás esta decir que esa compleja ecuación: cerveza, conversa, vejiga y próstata genera un fenómeno muy usual que es la Miaera, Poncio de mayor experiencia que yo al respecto, cual vaquero en el lejano Oeste desenfunda su arma primeramente y yo pasivamente hago la seña tradicional de la victoria: índice y medio alzados que pa´los Chinos significa: Dos mas, Poncio esta pidiendo pista a nuestra mesa y de repente aparece con un proyectil en su diestra: UNA CARTERA, con una actitud samaritana me dice:

-         Andrés, no la abras

Yo creía que era una bomba o algo por el estilo, pero luego entendí su actitud, la CARTERA estaba mas o menos gorda y se veía de buena piel, lo que hacia presumir que como los tesoros de la conquista, era nuestra y la habíamos conseguido en algún sitio (digo la habíamos, porque yo estaba en el peo), Poncio me dio sus planteamientos filosófales y moralista que solo nos indicaban que la CARTERA ni se iba a abrir o tocar hasta que llegase alguien que demostrara era su dueño, para tal efecto lo vamos a espera y la tradicional seña pal Chino, y otra vez la seña, claro uno y otro tema esperando al  dueño en cuestión, Dos mas y el tiempo transcurría y ya era hora de tomar una bendita decisión: Abrimos la CARTERA, pero lógicamente no en este sitio y una vez evaluado su contenido tomaremos una sabia posición (que conste que todos estos argumentos de moralidad eran de Poncio), a mi lo que me preocupaba era la raya en que nos íbamos a meter cuando a nuestros amigos les contáramos esta vaina, Dos mas con la típica seña, se acercaba la hora para tomar otra decisión, partiendo de la apertura de la CARTERA.


Pedimos la cuenta y en ese momento, exactamente, cuando ya le íbamos a echar  bola a explorar la CARTERA, se aparece un Don, que teníamos la impresión que era el que estaba en la mesa, cuando nos cambiamos de la Barra, Poncio se le acerco y resulto que el mismo, estaba indagando sobre una Cartera, vino a nuestra mesa, y abrió su cartera, por encimita: 6 o 7 tarjetas de Crédito, la cedula de identidad, (es decir lo teníamos comiendo en la mano, pa disfrutar el hallazgo) y un molloco de billetes en la billetera, nos dio cien bolos para una cerveza y ni siquiera sabemos como se llama, mas contento quel carajo, Poncio muy espiritualmente contento porque iba a dormir contento con su buena obra, nos tomamos las cerveza  que nos brindo y a mi solo me quedo una incógnita en estos tiempos: Que diferencia  hay entre ser Moralista y Pendejo.-  

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